Me resulta hasta raro verme publicando una receta, llevo tanto tiempo sin
hacerlo que no me acordaba ni por donde tenía que meterme, madre mía. En su
tiempo intente compaginarlo con el trabajo pero sinceramente no pude, el curro
me dejaba muy pocas horas libres para ocuparme de cocinar, hacer fotos,
escribir, publicar, y desde luego para poder visitar a todas las compañeras y
amigas que pasaron por aquí, y que tengo totalmente olvidadas. Perdón desde
luego no tengo, porque es cierto que llegaron a convertirse en amigas a
las que les cuentas tus buenas y malas vivencias, y que siempre estaban
ahí con palabras de consuelo.Ahora mismo no se mucho de ellas, cierto es que veo algunas publicaciones y
sé que algunas de ellas siguen con sus blogs de cocina y me alegra un montón.Por la situación en la que estamos ahora, hay más tiempo libre, aunque sea
por fuerza, y he querido volver a intentar llevar el blog adelante. Sé que
cuando empiece a trabajar otra vez volverá a ser complicado, pero voy a
intentar llevarlo adelante como pueda. Las publicaciones no van a ser muchas, será
una a la semana y será los lunes, por otro lado, yo agradeceré mucho los
comentarios que dejéis, pero más adelante dudo que yo pueda corresponder con
ellos, quiero sepáis.Vamos con la receta que ya es hora. He tenido que rebuscar por todas
partes, al final he conseguido encontrar algunas de las recetas y fotos de las
que ya tenía preparadas de hace tiempo, esta es una de ellas, un clásico postre
Italiano que está buenísimo, a mí por lo menos a mí me encanta. Es un postre
que no es complicado a la hora de la preparación y que te puedes permitir hacer
el día de antes, es más, yo os aconsejo hacerlo el día de antes porque está
mucho más rico.
Os dejo con la receta....nos volvemos a leer dentro de 9 días.
Feliz semana¡¡¡¡
Ingredientes: Para 16 Unidades
335gr
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Queso mascarpone
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110gr
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Azúcar Blanca
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Media vaina de vainilla
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4
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Huevos talla “L”
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1gr
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Sal
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24
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Bizcocho soletillas
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30ml
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Licor amaretto (opcional)
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400ml
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Café (con azúcar, opcional)
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Cacao puro en polvo
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Preparación:
En un cuenco pondremos las yemas, 60gr de azúcar y las
semillas de la media vaina de vainilla.
Ahora pondremos una olla con agua al fuego a fuego medio,
sobre esta pondremos un cuenco que no llegue a tocar el agua, añadimos las yemas,
bajamos el fuego al mínimo.
Con ayuda de unas varillas eléctricas batiremos hasta
que espumen, blanqueen y que lleguen a una temperatura entre 58º y 60º,
llegados a este punto las apartamos de la olla y las dejamos entibiar cambiándolas
de bol.
Mientras en otro bol montaremos las claras, le
pondremos la sal y con las varillas eléctricas empezaremos a montar, a mitad
del montado añadiremos la mitad del azúcar que nos queda y seguimos batiendo,
cuando las tengamos casi listas añadiremos el resto del azúcar, seguimos
batiendo hasta que estén firmes, reservamos.
Ahora prepararemos el café, necesitamos que este
prácticamente frío para el momento de su uso, el café lo preparáis como más os
guste.
Ponemos el queso en un bol y con ayuda de unas varillas
lo trabajamos un poco para que este más ligero.
Volvemos con las yemas, sobre estas vamos a añadir el
queso y con ayuda de una lengua lo mezclaremos bien con movimientos envolventes.
En este mismo bol iremos añadiendo con movimientos
envolventes las claras que tenemos montadas hasta acabarlas.
Mi elección a la hora de montar el tiramisú a sido en
vasitos individuales, pero lo podéis monta en una bandeja.
El café que tenemos preparado lo pondremos en un bol y
le añadiremos el amaretto y mezclamos bien, necesitaremos un bol que sea lo
suficiente ancho para que nos deje mojar con comodidad las soletillas.
En mi caso he cogido los vasos y en la base he puesto
una capa de crema, después he ido poniendo una capa de soletillas mojadas en el
café, cubrimos con otra capa de crema y a continuación otra de soletillas para después
terminar con la crema restante.
Por último, con ayuda de un colador fino cubriremos con
una cápita muy fina de cacao en polvo.
Dejamos reposar en la nevera unas 3 horas.
Listos para comer.
¡Buen
provecho!
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